Estas palabras las firma el entonces Presidente del Gobierno Mariano Rajoy (en el encabezamiento del Plan Director de la Cooperación Española 2013/16), mientras recorta la aportación oficial de España a la Ayuda al Desarrollo en un 70%:
Es por ello necesario entender la Ayuda al Desarrollo como una política de Estado, compartida por todo el espectro político y concebida como una inversión en nuestro futuro común. Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno de España
En los últimos años han proliferado toda una gama de ONGs, entidades surgidas al amparo de la iniciativa privada y, a menudo, ante el vacío dejado por los sectores públicos. Se ha tejido toda una red de entidades receptoras, donantes, plataformas, alianzas y todo un variopinto espectro de posibilidades. El estado, en cambio, ha “privatizado” buena parte de su deber para con estas causas. Pero que no se nos olvide:
Es obligación de cualquier gobierno la protección de todos sus ciudadanos, especialmente lo más débiles. Es su obligación defender los Derechos Humanos en su territorio así como procurar su cumplimiento en cualquier territorio. Es su deber procurar igualdad de oportunidades educativas, sanitarias, económicas.
Y, no nos engañemos, una parte importante de esa obligación es dotar de presupuesto suficiente esas causas y gestionarlo. El resto es palabrería, a cualquiera se le puede ocurrir el ejercicio de encontrar otras partidas de las que restar ese 70% del que hablábamos al principio.
Los ciudadanos tenemos el derecho de organizarnos y trabajar en pos de esos objetivos, el gobernante tiene el deber, la obligación.