El lujo de abrir el grifo y tener agua potable

¿Qué tiene de especial abrir un grifo y que salga agua? Pues eso mismo, que salga agua. Porque mientras que en países como Estados Unidos el 100% de la población tiene acceso a agua potable, en Nigeria sólo lo hace un 9%, lo cual además no significa precisamente que una tubería la transporte limpia hasta las casas. Esto nos lleva a la preocupante cuestión de cómo se las apaña el otro 91% para sobrevivir sin agua

El agua subterránea se convierte entonces en el mejor aliado pero con la dificultad añadida de tener que llegar hasta ella. Existen pozos cavados a mano de baja calidad sujetos a contaminantes varios, como infiltraciones de aguas de deshechos, y que, además, no tienen bombas, por lo que las mujeres (porque esto no se considera tarea de hombres) tienen que apañárselas para extraer el agua manualmente. La falta de unos pozos decentes se debe principalmente a la falta de financiación para la perforación y su posterior mantenimiento y al final el resultado es tener varios pozos aquí y allí, con agua más o menos potable, a unos cuantos kilómetros de distancia.

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¿Es así como se supone que los países que se encuentran en esta situación puedan levantar cabeza? Si la gente muere por intoxicación o por deshidratación, si mujeres y niños emplean su tiempo y energía en darse caminatas hasta las fuentes en lugar de estudiar en el colegio… Parte de la solución pasa por una cuestión de financiación, por eso organizaciones internacionales como UNICEF y el Banco Mundial están colaborando económicamente para que puedan existir cada vez más pozos perforados. Para mejorar un poquito la calidad de vida de estas personas y que el beber agua no sea un lujo para unos pocos.

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