Sres. máximos representantes de Europa, queremos felicitarles por el reconocimiento que supone un premio así. Pero queremos, sobre todo, recordarles que Europa se pretende civilizada y diferente a un entorno hostil e inestable. Queremos que no pierdan de vista no sólo la solidaridad interna entre estados miembros, sino la necesaria solidaridad con entornos que ni nos son ajenos ni podemos desligarnos de su situación actual.

Demostremos, demuestren más allá de los premios y la grandilocuencia que los Derechos Humanos son un elemento esencial para la Unión.  Que los compromisos se cumplen y que realmente vale la pena un proyecto como el que dirigen. Tenemos derecho a organizar y ordenar las corrientes migratorias, a planificar y preservar la seguridad de los estados, ello no es incompatible con la legalidad internacional ni con la construcción de un proyecto sólido y humano.

Esa es la Europa que queremos, otra cosa…..no vale la pena.